Luis M. Lafuente ©
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Música Medieval, Anónimo
San Miguel de Lillo - faldas del Monte Naranco
Cuentan las crónicas.. que Ramiro I mandó construir a una iglesia "a doscientos pasos de su Palacio", supongo que serían pasos de recio y fornido caballero pues a mi me parecieron muchos mas..
Se conserva únicamente un tercio de la construcción de la primitiva Iglesia, indican que de corte basilical, inicialmente tenía tres naves, a nuestros días solo ha llegado el vestíbulo y el arranque de las naves, pero aún así conserva un aspecto de suficiencia, al menos para mi, podría haber sido tal y como ahora la contemplo..
No he tenido ocasión de ver su interior, ni tampoco el de Santa María del Naranco habrá que arreglar eso...
La humedad del lugar es tremenda, su situación es tal que se impone hacer una petición dramática a quién tenga la capacidad para paliar su estado, precise que alguien diagnostique y ejecute las obras necesarias para su conservación, es un dolor ver como se encuentra.
Parece que los Ayuntamientos van a recibir ayudas para fomentar planes de empleo, no estaría de mas que alguna partida se destinase a mantener éste emblemático monumento y devolverle su dignidad.
Estoy convencido de que tenemos, lamentablemente, especialistas en paro, que podrían ejecutar tan delicados trabajos de rehabilitación y restauración.
El caso es que llegué hasta ella tras recorrer esos supuestos doscientos pasos y busqué un ángulo adecuado para fotografiarla, primero busqué gotas de agua en las ramas de los árboles, un fresno y un par de abedules, el fresno tenía las ramas demasiado altas y los abedules demasiadas hojas, me temo que la imagen de San Miguel de Lillo en gota tendrá que esperar al Otoño.
Ruego al posible lector de las lineas que siguen que intenten ponerse en mi situación, tal vez entonces les resulte mas fácil ponerse en mi lugar ..
Subí una pendiente que rezumaba agua hasta casi tragarse mis zapatos, era difícil caminar por allí, arriba ya había un fotógrafo con su trípode, volví atrás y di un rodeo para no molestarle y me puse a su izquierda, le saludé y me correspondió, pero no identifiqué el idioma de su, supongo, cortes contestación, y me resultó extraño, les aseguro de que he escuchado muchas lenguas..
Me apoyé sobre el monopode y esperé a que los alrededores de la Iglesia quedasen despejados, de vez en cuando nos mirábamos con complicidad, el me miraba, subía sus cejas e inclinaba su cabeza hacia un lado como diciendo "que le vamos a hacer", tal vez transcurrió mas de media hora y los visitantes seguía ocupando todo el campo visual, seguíamos subiendo las cejas y nos correspondíamos con movimientos de cabeza como queriendo decirnos que tal vez no podríamos hacer "la foto". fue entonces cuando me di cuenta de que su cámara era un tanto peculiar, estaba a medio camino de filmadora y cámara, así que no sabía si filmaba o sacaba fotos...
Otra persona se acercó por detrás evitando los charcos y el barro, (en asturiano " llamuerga" = lodazal) y se puso a mi izquierda a una prudente distancia, un nuevo turista se unió a la fila, supuse que era japonés, nos miró e hizo una especie de respetuosa reverencia con su cabeza, yo se la devolví con una sonrisa y supongo que mi compañero, el "de las tierras medias" e idioma desconocido habría subido las cejas.. los tres seguimos esperando y esperando.
De de vez en cuando el ciclo de complicidades se repetía, reverencia, reverencia y sonrisa y subida de cejas, hasta que al cabo de una hora larga, y solo por unos cinco minutos todo quedó desierto y aprovechamos a tomar las esperadas fotografías..
Una vez tomada la imagen general, les dejé allí y descendí como pude, unos minutos después el supuesto japonés pasó a mi lado con una amplia sonrisa, supongo debida a la alegria por haber podido tomar la foto deseada, dudé un instante y me atreví a decirle lo único que sabía en Japonés, uno debe de ser cortés, máxime siendo el anfitrión, "konnichi wa"「今日は」el me respondió lo mismo y creí entender que también "dōmo arigatō gozaimasu"「どうもありがとうございます¡ Hola, buen día..Gracias !, y se alejó muy sonriente tras despedirse con un imperceptible asentimiento con su cabeza.
Me encontré con el otro fotógrafo en la cara oscura de la Iglesia, estaba como a metro y medio de la pared, me extrañó, todo en él era desconcertante, no había allí nada reseñable, ni dibujo, ni pintura, ni talla, solo moho y negra humedad, su cámara seguía sobre el trípode y allí permaneció un buen rato mientras yo fotografiaba las celosías.
Aún sigo pensando que estaba haciendo, no se, tal vez aquella extraña cámara era una de esos artilugios que fotografía en todas las direcciones y posteriormente ofrece imágenes tridimensionales, nunca había visto nada así, tal vez todas las explicaciones estaban contenidas en su críptico "subir de cejas".
Volví a encontrarle en Santa María del Naranco, estaba a un par de metros de la esquina este del edificio, con la cámara o lo que fuese montada sobre el trípode, enfocando a vete tu a saber donde..
Ya cuando bajaba, lo encontré mientras recogía el material en su coche, no conocí la marca del vehículo, y su matrícula era extraña.. muy extraña.. como de otro planeta..
Pdta: Merecería que el título de Patrimonio de la Humanidad fuese revisable cada año, esa sería su única esperanza.. y así se lo recomendaré escribiendo a quién proceda..
Ya lo hice..
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